Según Adolfo Gilly, el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez
prefería utilizar el concepto izquierda en plural; desde esa perspectiva cabría hablar de la izquierda en cuatro sentidos de
acuerdo a su praxis, la profundidad de su concepción teórico-práctica, o dicho
en términos usuales en la política mexicana: su proyecto político o bien, los fines
perseguidos por ella.
1° Tendríamos entonces: “una izquierda democrática,
liberal, burguesa, connatural al sistema capitalista;”
2° “una izquierda socialdemócrata, que quiere mejorar
las condiciones sociales dentro de los marcos de ese mismo sistema;”
3° “una izquierda social, que es crítica del
capitalismo pero no le ve una alternativa, representada sobre todo por los
movimientos sociales;”
4° “y una izquierda socialista, opuesta al
capitalismo, que propone una nueva organización de la sociedad.” (Artículo de
Adolfo Gilly, titulado: Adolfo Sánchez Vázquez
en este 2012 (La Jornada, 2 de enero de 2012. Sección: Política).
El papel de la izquierda socialista va más allá de la
crítica al sistema capitalista, pues se propone, en cambio, una alternativa
socialista. La praxis transformadora de la realidad del capitalismo
contemporáneo debe tomar en cuenta la situación en que nos encontramos en la
actualidad, tarea que involucra no solo a los oprimidos y explotados, sino que
es un asunto necesario, pues está en juego la supervivencia de la humanidad.
Optar por la izquierda socialista o por lo derecha no es un asunto de opciones,
sino de necesidades.
Es fundamental la conciencia del socialismo y la
necesidad de reivindicarlo, en virtud del descredito arrojado sobre ese
concepto por los regímenes políticos usufructuarios de su nombre en Europa
oriental. La organización de las fuerzas anticapitalistas, o antisistémicas
como algunos prefieren considerarse, no solo involucra la lucha ideológica, “sino
también un problema de conciencia, de organización y de acción.” El capitalismo
no va caer porque se encuentre en crisis, es necesaria la acción transformadora,
para que los seres humanos se den un mundo más acorde a sus aspiraciones y
necesidades. De la misma manera, el socialismo no va llegar por acción
evolutiva, es necesario construirlo, en esa tarea es indispensable replantearse
todas aquellas concepciones teóricas tenidas por verdades incontrastables,
entre ellas la de considerar al proletariado fabril como el sujeto central de
la lucha por el socialismo.